De repente nos explicó que el ojo capta la imagen del revés.
Después nos abrió la puerta, pero la cerró con un cartón con un agujero, apagaron las luces y… ¡Todo estaba oscuro!
Dejamos a una persona fuera.
Antes de todo esto nos enseñó un bote con un agujero en el fondo y el otro lado estaba tapado con papel vegetal, sujeto con una goma elástica.
Juntaron los dos agujeros y la luz se metía en el bote. La imagen de fuera se proyectaba en el papel vegetal, pero del revés. ¡ADIÓS! Espero que os haya gustado este experimento.
Podéis ver el vídeo que grabamos.
NICOLÁS
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