-¡Los ordenadores que se van a estropear!
-¡Los cargadores, que están en el agua!
Recogimos los cargadores y las mochilas las pusimos encima de las mesas. Por suerte no se estropeó nada.
Cogimos nuestro almuerzo y nos bajamos al patio.
Luego Manolo, nuestro profesor, escogió a una parte de la clase para que le ayudáramos a bajar las mesas a la biblioteca. Pesaban un montón y me tuvieron que ayudar. Ahora nuestra clase será la biblioteca hasta que lo arreglen todo.
Mi opinión es que fue una aventura que nunca había vivido.
Un beso y un abrazo.
Celia.
Espero que se arregle pronto!! Recuerdos a todos los profes!
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